La cuestión de la seguridad de los alimentos modificados genéticamente ha sido revisada por el Consejo Internacional de Uniones Científicas (CIUC o ICSU, del inglés International Council of Scientific Unions) que basó su opinión en 50 evaluaciones científicas independientes y autorizadas de distintas partes del mundo. Los cultivos modificados genéticamente que están disponibles en la actualidad – y los alimentos derivados de estos- han sido juzgados seguros para comer, y los métodos utilizados para examinarlos se han considerado apropiados.
Millones de personas alrededor del mundo han consumido alimentos derivados de plantas modificadas genéticamente (principalmente maíz, soja y colza) y, hasta la fecha, no se han observado efectos adversos. Sin embargo, la falta de pruebas sobre efectos negativos no significa que los nuevos alimentos modificados genéticamente no tengan ningún riesgo. La posibilidad de efectos a largo plazo de las plantas modificadas genéticamente no puede descartarse y es necesario examinarlas caso por caso Más…
4.1.1 Alérgenos y toxinas están presentes en algunos alimentos tradicionales y pueden afectar negativamente a ciertas personas, lo que resulta en preocupaciones sobre el hecho de que los alimentos derivados de plantas modificadas genéticamente puedan contener altos índices de alérgenos y toxinas. Un examen más exhaustivo de los alimentos modificados genéticamente presentes en el mercado actualmente no ha confirmado estas preocupaciones. Se desaconseja el uso de genes de plantas con alérgenos conocidos, y si se encontrase un producto transformado que causase un aumento del riesgo de alergias, debería pararse su producción. Todos los nuevos alimentos, incluidos aquellos derivados de cultivos modificados genéticamente, deben evaluarse con cautela. Más…
4.1.2 Una de las preocupaciones sobre la seguridad alimenticia es la posible transferencia de genes a partir de un alimento consumido a células humanas o a microorganismos dentro del cuerpo.
Muchos cultivos genéticamente modificados fueron creados utilizando genes que proporcionan resistencia a antibióticos como marcadores. Por lo tanto, a parte de tener las características deseadas, estos cultivos modificados genéticamente contienen genes que proporcionan resistencia a antibióticos. Si estos genes se transfiriesen, dentro del tracto intestinal, de un producto alimentario a células humanos o a bacterias, esto podría acarrear el desarrollo de cepas de bacterias resistentes a los antibióticos. Aunque los científicos creen que la probabilidad de que una transferencia de este tipo ocurra es extremadamente baja, se ha desaconsejado el uso de genes que proporcionan resistencia a antibióticos.
En la actualidad se están desarrollando métodos gracias a los cuáles solo el mínimo de ADN transgénico está presente en las plantas modificadas genéticamente. Algunas de estas técnicas implican la eliminación total del marcador genético una vez concluido el proceso de selección. Más…
4.1.3 Los científicos generalmente están de acuerdo en que la ingeniería genética puede ofrecer ciertos beneficios para la salud de los consumidores. Los beneficios directos pueden venir de una mejora de la calidad nutricional de los alimentos o de una reducción de la presencia de compuestos tóxicos y alérgenos en ciertos alimentos.
Los beneficios indirectos para la salud pueden venir de un menor uso de pesticidas, de un menor daño de insectos o de enfermedades a las plantas, de una mayor disponibilidad de alimentos a un precio asequible, y de la eliminación de compuestos tóxicos del suelo. Es necesaria una mejor documentación sobre estos beneficios directos e indirectos. Más…
La introducción de alimentos nuevos o modificados, tales como los alimentos modificados genéticamente, requiere un análisis de riesgos ya que toda actividad implica un riesgo, y, en algunos casos, la falta de acción también conlleva riesgo.
Las autoridades nacionales y la FAO/OMS han establecido varias directrices para la evaluación de la seguridad alimentaria de alimentos derivados de plantas modificadas genéticamente. En estas evaluaciones, se compara el alimento modificado genéticamente con su homólogo convencional, que generalmente se considera seguro por su largo historial de uso. Se compara en qué medida los diferentes tipos de alimentos pueden causar efectos dañinos o alergias, y cuántos nutrientes contienen.
Los científicos recomiendan una evaluación de la seguridad hecha caso por caso, antes de que el alimento modificado genéticamente llegue al mercado, ya que el seguimiento una vez en el mercado es más caro y difícil. El proceso de evaluación de la seguridad debería ser transparente, totalmente documentado y abierto al escrutinio público, respetando a la vez la confidencialidad de informaciónes comerciales. Más…
Los consumidores pueden desear seleccionar alimentos convencionales según varios criterios tales como los métodos de producción (por ejemplo los alimentos orgánicos o de comercio justo), principios religiosos (por ejemplo alimentos kosher), o la presencia de alérgenos conocidos (por ejemplo cacahuetes).
El etiquetado de alimentos como modificados genéticamente o no modificados genéticamente puede permitir al consumidor elegir el proceso por el cual el alimento se ha producido. Sin embargo, no da información ni sobre el contenido de los alimentos, ni sobre qué riesgos o beneficios pueden ir asociados a un alimento en particular. Un etiquetado más informativo, que explique cómo se ha transformado el alimento y cuáles son los cambios en la composición del alimento, podría permitir a los consumidores evaluar estos riesgos y beneficios.
Las directrices de la FAO/OMS (que siguen en un estado preliminar) proponen etiquetar los alimentos modificados genéticamente cuando:
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