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Recursos Hídricos

2. ¿Dónde y en qué formas está disponible el agua en la Tierra?

  • 2.1 ¿Cómo pasa el agua de la atmósfera al suelo y viceversa?
  • 2.2 ¿Qué cantidad de agua dulce se encuentra en la superficie de la Tierra?
  • 2.3 ¿Qué cantidad de agua dulce se encuentra bajo tierra?

El agua de la Tierra se encuentra naturalmente en muchas formas y lugares en la atmósfera, en la superficie, bajo tierra y en los océanos.

El agua dulce representa únicamente el 2,5% del agua de la Tierra y se encuentra en mayor parte congelada en glaciares y casquetes glaciares. Aproximadamente el 96% del agua dulce en estado líquido se localiza en zonas subterráneas y la pequeña fracción restante se encuentra en la superficie o en la atmósfera.

Conocer el ciclo medioambiental del agua puede ayudar a calcular la cantidad de agua disponible en distintas partes del mundo. El ciclo del agua en la Tierra es el proceso por el que el agua se mueve desde el aire hasta la Tierra (precipitación) y finalmente vuelve a la atmósfera (evaporación).

Los principales componentes naturales de este ciclo son las precipitaciones, la infiltración en el suelo, la escorrentía de superficie, la liberación de aguas subterráneas hacia aguas superficiales y océanos, así como la evapotranspiración de los cuerpos de agua, el suelo y las plantas.

Distinguimos entre «agua azul» (agua de ríos, lagos y acuíferos) y «agua verde» (que alimenta plantas y cultivos, liberándose después a la atmósfera). Esta distinción puede ayudar a que los responsables de su gestión se centren en las zonas que el agua verde alimenta y atraviesa, como explotaciones agrícolas, bosques y humedales. Más en inglés…

2.1 ¿Cómo pasa el agua de la atmósfera al suelo y viceversa?

2.1.1 Aproximadamente el 10% del agua dulce del planeta que no está congelada ni bajo tierra se encuentra en la atmósfera. Las precipitaciones, en forma de lluvia o nieve, por ejemplo, representan una parte importante del agua dulce disponible. Alrededor del 40% de las precipitaciones se han evaporado previamente de los océanos, y el resto de las aguas terrestres. El volumen de precipitaciones varía mucho de un lugar del mundo a otro, desde menos de 100 mm al año en los climas desérticos a más de 3.400 mm al año en zonas tropicales.

En los climas templados, aproximadamente un tercio de las precipitaciones vuelve a la atmósfera por evaporación, un tercio se filtra en el suelo recargando las reservas de agua subterránea y el resto fluye hacia los cuerpos de agua. Cuanto más seco es el clima, mayor es la proporción de precipitaciones que vuelve a la atmósfera y menor la proporción que recarga las reservas de agua subterránea (véase la tabla 4.1). Más en inglés…

Tabla 4.1 Distribución de las precipitaciones entre el aire, las aguas superficiales y las aguas subterráneas 

2.1.2 Una gran parte del agua dulce que regresa a la atmósfera pasa por el suelo y las plantas. Sólo algunas regiones disponen de cifras fiables. La humedad del suelo es vital para el crecimiento de las plantas. Averiguar cuánta humedad contiene el suelo es importante para actividades como la agricultura y la «previsión de los caudales de los ríos», así como para comprender el clima y los sistemas naturales y acuáticos. El método de medir la humedad del suelo sobre el terreno se combina cada vez más con datos de los satélites para proporcionar a los responsables una visión más amplia y actual. Más en inglés…

2.2 ¿Qué cantidad de agua dulce se encuentra en la superficie de la Tierra?

2.2.1 Alrededor de tres cuartas partes del agua dulce del planeta están congeladas en forma de glaciares y capas de hielo. La mayoría sigue siendo inaccesible y se encuentra en el Ártico, la Antártida o Groenlandia. Sin embargo, los glaciares terrestres, las nieves y los hielos eternos suministran agua en muchos países, liberándola en cantidades que varían estacionalmente y durante períodos de tiempo más largos. Como consecuencia del cambio climático se está aumentando la vigilancia de los glaciares. Más en inglés…

2.2.2 Las aguas superficiales como los lagos, las charcas, los embalses, los ríos, los arroyos y los humedales constituyen un pequeño porcentaje del volumen total de agua dulce de la Tierra (0,3%). Aún así, representan el 80% de las aguas superficiales y subterráneas renovables disponibles en un año determinado. Estos cuerpos de agua desempeñan muchas funciones en el medio ambiente y constituyen la principal fuente de agua potable, energía y ocio para el ser humano, así como medios de irrigación y transporte.

Los lagos y los embalses permiten contrarrestar las fluctuaciones estacionales en el caudal de los ríos, ya que almacenan grandes cantidades de agua. Los lagos contienen, con diferencia, la mayor cantidad de agua dulce superficial. Sin embargo, sólo se ha estudiado detalladamente la hidrología de alrededor del 60% de los mayores lagos, así que aún queda mucho que investigar. Más en inglés…

2.2.3 Las cuencas fluviales son útiles como «unidad natural» de gestión de los recursos hídricos, a pesar de que muchas de ellas atraviesan más de un país. Las cuencas fluviales internacionales tienen zonas de drenaje que abarcan cerca del 45% de la superficie de la Tierra (a excepción de las regiones polares). Algunas de las cuencas más grandes son la del Amazonas, que transporta el 15% del agua que vuelve a los océanos, y la del Congo-Zaire, que transporta un tercio de todas las aguas fluviales de África.

El caudal de los ríos puede variar considerablemente de una estación o de una región climática a otra. En las regiones tropicales los caudales son abundantes todo el año, mientras que en las zonas secas los ríos son a menudo efímeros y sólo fluyen periódicamente después de una tormenta. Las zonas secas constituyen cerca del 40% de la superficie terrestre emergida y sólo retienen el 2% de toda el agua de escorrentía.

Los datos obtenidos en el pasado sobre caudales y niveles de agua ayudan a predecir las variaciones estacionales o anuales, aunque es difícil hacer pronósticos precisos a más largo plazo. Algunos países industrializados ya llevan entre 150 y 200 años recopilando datos. Por el contrario, muchos países en desarrollo empezaron hace muy poco a registrar sus datos que a menudo son de mala calidad. Más en inglés…

2.2.4 Los humedales (como pantanos, turberas, ciénagas y lagunas) cubren el 6% de la superficie terrestre emergida y desempeñan un papel fundamental para la conservación de los recursos hídricos. Durante el último siglo se destruyeron y se transformaron muchos humedales para destinarlos a otros usos, pero el resto todavía puede ser de mucha ayuda para conservar los ecosistemas, prevenir inundaciones y alimentar el caudal de los ríos. Más en inglés…

2.3 ¿Qué cantidad de agua dulce se encuentra bajo tierra?

El noventa y seis por ciento del agua dulce en estado líquido se puede encontrar bajo tierra. El agua subterránea alimenta manantiales, arroyos y humedales, ayuda a mantener la estabilidad de las superficies terrestres y constituye un recurso hídrico fundamental.

Aproximadamente el 60% del agua que se extrae del suelo se utiliza para las actividades agrícolas en climas áridos y semiáridos, y entre el 25% y el 40% del agua potable mundial viene del subsuelo. Cientos de ciudades de todo el mundo, entre ellas la mitad de las más grandes, utilizan de forma significativa las aguas subterráneas. Esta agua puede ser especialmente útil en épocas de escasez de agua superficial.

Los acuíferos varían dependiendo de la cantidad de agua que contienen, su profundidad y la rapidez con la que se recargan. Estas variaciones también dependen de características geológicas específicas.

Gran parte del agua subterránea se renueva muy lentamente o no se renueva, en cuyo caso se denomina «no renovable». Los mayores acuíferos de agua no renovable se encuentran en África del Norte, Oriente Medio, Australia y Siberia. Existe cierta controversia sobre cómo y cuándo utilizar esta agua. Muchos acuíferos que contienen recursos de agua subterránea no renovables pertenecen a más de un país y deben administrarse en común, a fin de beneficiar a todas las entidades administrativas afectadas.

Si la infiltración de precipitaciones recarga el acuífero, el agua subterránea se considera «renovable» y se puede utilizar para el riego, para fines domésticos o de otro tipo. Aunque la mayoría de las aguas subterráneas renovables son de buena calidad y no necesitan tratamiento, es recomendable analizarlas antes de su uso para evitar posibles efectos sobre la salud. Sin embargo, son pocos los países que miden la calidad de sus aguas subterráneas o la velocidad a la que se extraen. En Europa y en la India se está aumentando la vigilancia, pero en muchos países en desarrollo ésta aún es mínima y en muchos países industrializados se está debilitando. Esto dificulta la gestión sostenible de los recursos hídricos subterráneos. Más en inglés…


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